sábado, 27 de marzo de 2010

Trío Inesperado

Hola!...Me había tardado algo de tiempo en escribir de nuevo debido mas que nada al exceso de trabajo, pero esto también fue bueno pues en ese tiempo pasaron cosas que ahora les contare. Como ya saben he podido lograr que mi marido comparta mis fantasías, si leyeron "Educando a mi vecina" partes 1 y 2 así como "Convenciendo a mi Marido" partes 1 y 2 también podrán tener una idea mas clara de lo que estoy hablando; sin embargo hay cosas pendientes aun, como el de permitirnos estar en un trío HMH, pues anteriormente mi vecina y mi amiga Claudia ya habían disfrutado junto a nosotros de las delicias de los tríos, pero ahora la situación con otro hombre seria muy diferente y Alan lo sabia.
Después de charlarlo por largo tiempo, Alan decidió, que ya era tiempo de hacer realidad esa fantasía mía de estar con el y otro hombre a la vez, desde luego compensándolo de una forma especial.
-Eve, solo debes recordar linda que me prometiste que me entregarías tu culito si aceptaba lo de hacerlo con otro tipo!- me menciono Alan con voz suave y melosa, a lo cual yo asentí con la cabeza mirándolo de forma picara.
Y era verdad; aun mi ano era virgen y solo se lo entregaría a Alan, exclusivamente si realizábamos esa fantasía, era algo que habíamos acordado desde hace tiempo, medio en broma , medio en serio.
Fue así que mi marido puso la condición de que seria El quien elegiría y contactaría al indicado, y que después de una previa cita ver si era de mi agrado. Alan se puso a revisar clasificados y anuncios personales, también revisaba los foros y sitios donde se hacen ese tipo de contactos, yo por mi parte me mantenía ajena a los movimientos que realizaba para darle ese gusto, después de unos días Alan que ya se había entusiasmado bastante con la idea, había seleccionado una lista de posibles candidatos, a los cuales les pidió datos mas personales y fotografías, me enseño algunas de las cuales Eligio a cuatro para poder hacer algunas citas y conocernos en persona.
Ambos estábamos muy emocionados y excitados al acudir a las citas, sin embargo debo de confesar que las cosas no resultan generalmente como uno supone, pues las primeras 3 citas fueron un fracaso, pues los tipos en cuestión podían ser atractivos en persona, pero bastante desagradables en su forma de ser y comportarse, me sentí un poco decepcionada cuando llego la cuarta cita y nos dimos cuenta que era totalmente diferente a la fotografía.
Yo le pedí a Alan que no se decepcionara y siguiera intentando, el me prometió que así seria y siguió buscando por 2 semanas mas cuando encontró en una sala de chat a un tipo de nombre Víctor, el se describía alto de buen ver, 39 años, educado y de muy buena herramienta, además de contar con experiencia, al principio Alan charlo con el sobre lo que ambos necesitábamos y Víctor le mando unas fotos a su correo que me reenvió para darme cuenta que el hombre aquel era bastante atractivo y me había gustado mucho, así se lo hice saber a Alan lo cual le alegro y prosiguió a establecer contacto telefónico.
Víctor y yo estuvimos en contacto telefónico por una semana para conocernos bien, le hable de todas las cosas que hacíamos Alan y yo y de nuestros deseos ocultos, además le platique de forma confidencial todas las "demás" cosas por las que he pasado lo cual le excito demasiado al grado de masturbarse en plena charla por teléfono, Alan permanecía alejado de estas conversaciones respetando el espacio que le estaba dedicando a conocer y aceptar a su candidato al trío.
Alan después le envió fotos mías a Víctor y el quedo muy satisfecho y "encantado" conmigo y felicito a mi marido por la belleza y sensualidad de su esposa, cosa que me halago y le hice saber a nuestro nuevo amigo. Había llegado el momento de conocernos para poder saber si llegaríamos a culminar la relación que buscábamos y por cuestiones de negocios Víctor que era un empresario avecindado en el Distrito Federal, se encontraría de negocios en Los Cabos, motivo por lo cual nos invito para poder encontrarnos ahí en esas paradisíacas playas.
Yo me alegre con la idea pues seria como matar dos pájaros de un tiro, tomaríamos nuestras vacaciones juntos y además realizaríamos nuestra "fantasía". De inmediato le indicamos a Víctor nuestra disposición de encontrarle allá y dos días después nos envió la información del hotel y la localización de su habitación.
De acuerdo a lo planeado hicimos maletas y en dos días viajábamos muy emocionados a Los Cabos, Baja California Sur en espera de conocer a nuestro nuevo amigo.
Arribamos y de inmediato Alan busco ponerse en contacto con Víctor, aparentemente su celular no estaba en el área de recepción de señal, por lo que decidimos ir directamente al hotel para conocerlo en persona, al llegar al hotel, nos registramos y mi marido pregunto por Víctor mediante los datos que el le proporciono de numero de habitación, triste fue la sorpresa de darnos cuenta que se había marchado de ahí el día anterior, y ni siquiera había dejado un mensaje o alguna explicación al respecto para nosotros.
Alan se veía desilusionado, y mas lo estuvo cuando después de varios correos electrónicos e intentos de comunicarse a su teléfono celular, fue imposible localizarlo, lo cual nos suponía que el tipo se jugo una buena broma a nuestras costillas, resultando un completo fraude.
Esa noche durante la cena hablamos de lo ocurrido y le propuse a Alan que volviéramos a casa y dejáramos para después este asunto, pues ya habíamos tenido demasiadas desilusiones y deberíamos de replantearnos la forma de hacer las cosas.
Sin embargo mi marido tenia otro plan.
-Eve, te gustaría ir a una playa nudista?- me pregunto mi marido mientras fijaba sus ojos en la playa nocturna.
Había escuchado hablar de sitios nudistas y de algunos otros frecuentados por gente de amplio criterio, sitios exclusivos y muy selectos, además de difíciles de encontrar por ser privados.
-Que dices?, conozco un lugar del que me hablo uno de los muchos tipos que me contacto, me sugirió uno a algunos kilómetros de aquí, anda!..busquemos algo de aventura!- exclamo entusiasmado Alan, cosa que se me hacia poco común en el, aunque era lógico que me quisiera compensar y animar por sentir que en parte tuvo la culpa por no haber resultado exitoso nuestro contacto.
Por esa misma razón, acepte su propuesta para darle a entender que lo apoyaba a pesar de lo que paso con Víctor, y así, con nuevos ánimos al día siguiente partimos al lugar que Alan indico.
En unas horas de conducir por la autopista tomamos una desviación y llegamos a las puertas de lo que parecía un lujoso Spa, entramos y en la recepción nos atendió una persona que nos dio la información necesaria y requisitos para poder permanecer ahí, afortunadamente el principal era el dinero, Alan venia bien preparado y pudimos solventar el gasto de hospedarnos en la exclusiva playa. Después de algunos tramites, personal del hotel nos llevo a un encantador bungalow a la orilla del mar, con todas las comodidades y con una preciosa vista al mar, desempacamos y echamos un vistazo por nuestra ventana a la playa, que efectivamente era muy exclusiva pues había muy poca gente recorriendo las blanquísimas arenas, todas ellas como Dios las trajo al mundo.
Estas personas estaban en pareja y eran gente madura, en su mayoría extranjeros; Alan me tomo de los hombros y deslizo los delgadísimos tirantes de mi vestido playero hacia abajo, haciendo que mi prenda cayera hasta el suelo de madera. –aquí no necesitaras nada de esto preciosa- de dijo con picardía. Nunca en mi vida me imagine estar en una situación igual, pero de cierta forma me gustaba la experiencia de estar en cueros y al aire libre; Alan se despojo de toda su ropa y yo tome un delgado y transparente pareo que me ate a la cintura para después tomar de la mano a mi marido y salir a recorrer las inmediaciones de aquella bellísima playa.
Nuestra presencia empezó a atraer miradas, las damas miraban discretamente el atlético cuerpo de mi marido y los caballeros apuntaban la vista al contoneo de mis desnudas nalgas al caminar, tan solo cubiertas por el translucido pareo. Nos dirigimos a una pequeña palapa ubicada a varios metros de ahí que hacia las funciones de bar, pedimos un par de bebidas tropicales y nos tendimos en unos camastros a tomar el sol.
Estuvimos unos minutos bajo los rayos solares cuando decidí ir a refrescarme un poco, le indique a Alan que iría al mar a darme un chapuzón, el apenas se dio cuenta pues ya se había puesto debajo de una sombrilla y comenzaba a tomar una deliciosa siesta.
Me despoje de mi pareo y sentí la brisa marina correr a través de mi desnuda piel, corrí entusiasmada hacia el mar que lucia tranquilo y hermoso y de color turquesa, me zambullí y nade un poco disfrutando de la deliciosa temperatura del agua del océano pacifico. A los pocos metros cerca de mi note la presencia de otra persona que nadaba y para evitar un accidente decidí detenerme y dirigirme hacia la orilla, hacia eso cuando la persona que nadaba emergió a la superficie, era un hombre, su aspecto era rudo, digamos nórdico, cabello rubio y largo, cuerpo fuerte y esculpido en el gimnasio.
-Hola!..disculpa si te asuste, no era mi intención- me menciono alegre en un inconfundible acento español andaluz
-Mi nombre es Hans Borgen...- me dijo tendiendo su mano a forma de saludo, algo desconcertada acepte torpemente el saludo, y era lógico, instintivamente trataba de cubrir mi desnudez, lo que le causo al chico rubio mucha gracia.
-Permíteme...espera un momento- me dijo al mismo tiempo que salía del agua a grandes zancadas solo para tomar el pareo que momentos antes deje en la arena y traerlo nuevamente hacia mi. Al hacerlo pude contemplar mejor su cuerpo, su espalda anchísima y musculosa al igual que sus piernas, además de unas poderosas nalgas que se veían increíbles.
Yo me encaminaba a la orilla, y al verlo regresar con la delicada prenda, quede boquiabierta al poder darme cuenta de la clase de aparato que ese muchacho poseía, depilado totalmente, gordo, grande y sus testículos se veían enormes e hinchados, un poco de nerviosismo me invadió, al tener tal aparición frente a mis ojos, el chico ni siquiera lo noto, quizás mas acostumbrado a aquellos lugares y con delicadeza me tomo del brazo para salir del agua.
_Te agradezco mucho..mi nombre es Evelyn_ de dije mientras ambos nos sentábamos en la arena, ahí le explique que era mexicana, casada y que estaba en ese sitio por primera vez con mi marido y que estaba intentando acostumbrarme al hecho de que me encontraba en una playa nudista.
El me explico que sus raíces estaban en Noruega, pero que nació en España, su padre era un empresario noruego y su madre fue una bailarina de la compañía de ballet de la cuidad de Madrid, me dijo también que tenia 26 años y que venia a esta playa una vez al año.
-Me encanta México, y me encanta su cultura, vosotros tenéis además unas mujeres guapísimas- me dijo sin quitarme la vista de encima, era obvio su coqueteo, que sin duda me halagaba, Hans me comento además que generalmente se la pasaba viajando, solo se echaba la mochila al hombro y listo, pues poseía un espíritu muy aventurero.
Me sentía muy a gusto en compañía de Hans, pero aun así repare en que cerca de ahí se encontraba Alan, así que voltee para buscarlo, sorprendida vi que mi marido se dirigía hacia donde Hans y yo charlábamos.
_Hola amor!.. te presento a Hans, lo acabo de conocer en la playa_ le dije a mi esposo a forma de presentación, _Hola hablas español?..._ Inquirió Alan a mi nuevo amigo a lo que Hans relato nuevamente su origen, esta vez frente a mi esposo _Sabes que por tu aspecto venia pensando si serias holandés o sueco_ Bromeo Alan dándome un poco de tranquilidad pues había tomado de buena forma el hecho de hacer amistad con un tipo desconocido.
_Venga que os invito unas copas, para brindar por haberlos conocido_ sugirió animado Hans, a lo que gustosos aceptamos y de nuevo nos encaminamos a la pequeña palapa-bar cerca de la playa. Ahí estuvimos conversando un rato, ya sin importarnos mucho nuestra desnudez, Alan y yo nos habíamos aclimatado bastante rápido, sin embargo de vez en cuando echaba disimuladamente un vistazo a el portento de herramienta de mi amigo Hans. Ambos hombres habían echo buena "química" muy pronto, y se notaba que mi marido se encontraba alegre y eso me dio gusto también a mi.
_Me encantaría que vinieran a conocer el otro extremo de la playa_ nos sugirió Hans, quien ahí se hospedaba y donde existía además un arrecife de corales bellísimo, _Vamos!..los invito!_ insistió, a lo que Alan quedo unos segundos pensativo.
_Te gustaría ir preciosa?_ me pregunto Alan a lo que respondí que si, sin embargo no me encontraba preparada para escuchar la propuesta de mi marido en ese instante.
_Sabes estoy algo cansado, quizás tome de mas.. podrías llevarla y traerla de vuelta Hans?_ pregunto mi marido a nuestro amigo de la forma mas natural posible, _ Por su puesto!..no te preocupéis_ contesto Hans entusiasmado a lo que yo me quede pasmada sin saber que decir, mire fijamente a mi esposo y este asentó con la cabeza y me miro de una forma extraña, de tal forma que acepte y tome mi pareo, mis lentes obscuros y un ligero sombrero de paja, y dándole un beso me despedí de mi marido para ir con Hans.
Algo extrañada seguí a Hans, caminamos un aproximadamente un kilómetro por la blanquísima arena, cuando divisamos a lo lejos un pequeño y viejo muelle de donde permanecía amarrado un bote de motor, dentro de el había toda clase de equipo de buceo y un par de snorquels.
_Habías buceado desnuda antes?_ me pregunto divertido Hans extendiéndome la mano para subir al bote, ambos abordamos y Hans echo a andar la embarcación dando la vuelta a unos pequeños arrecifes y a unos 500 metros de ellos una preciosa formación de corales le un llamativo color zafiro al océano. Ambos calzamos nuestras aletas y nos pusimos nuestros visores para entrar al mar y ver de cerca esas maravillas.
Era un espectáculo increíble y la sensación de estar ahí desnuda en contacto con la naturaleza era única, cerca de mi cuidándome se encontraba Hans que como un experto me guiaba entre la poco profunda agua, tomando delicadamente mi cintura y en ocasiones mis desnudas nalgas para dirigirme, estuvimos unos minutos y salimos a la superficie, nos sumergimos de nuevo por ultima vez y decidimos que ya era ora de regresar a la orilla, Hans subió primero y me ayudo a subir después, esta vez haciendo alarde de su fuerza me alzo del agua llegando a alzarme hasta el bote haciendo que nuestros desnudos y empapados cuerpos de rozaran completamente, sin poder evitarlo permanecimos así unos segundos sin el aparente deseo de querer separarnos, de pronto Hans busco mis labios para besarlos apasionadamente en un candente beso robado que duro unos segundos interminables, yo no me resistí pero lo separe de forma gentil, no hicimos ningún comentario al respecto mientras nos dirigíamos a la orilla.
Al llegar y anclar el bote se me hizo muy extraño no ver ningún bungalow como el nuestro, y le pregunte a Hans en donde se hospedaba, el sonrió y me señalo un lugar bajo dos frondosas palmeras, ahí pude ver a lo lejos una pequeña tienda de campaña, Hans me explico que lo que mas le gusta es dormir bajo las estrellas y que siempre que puede prefiere acampar en lugar de hospedarse en un lujoso hotel. _Ven te mostrare mi tienda_ me dijo tomándome la mano para llevarme ahí, en mi interior sabia que no debería de hacer eso, pero algo mas fuerte que mi voluntad hizo dejarme llevar por el rubio joven.
El apresuradamente se introdujo en su tienda de campaña, era realmente muy pequeña, tan solo cabria una persona pensé _Ven acércate y coge una toalla_ me sugirió desde adentro de la tienda, como en cámara lenta obedecí la orden del chico y me fui arrodillando en la arena para entrar donde mi rubio amigo. Dentro, el permanecía sentado de frente, con una sonrisa picara y clavando sus ojos verde turquesa en mis desnudos pechos que escurrían agua. Trague saliva al notar su descomunal erección, que prácticamente y por estar en esa posición permanecía vibrante a solo unos centímetros de mi cara.
_Puedes tocarla si gustas_ dijo con voz apenas convertida en un susurro, yo permanecía sin decir palabra mirando hipnotizada aquella descomunal y preciosa verga que parecía crecer y ensancharse segundo a segundo, aunque solo era en apariencia pues demasiado tarde me di cuenta que era yo la que no había dejado de acercarme como mariposa nocturna que se aproxima al fuego sin oponer resistencia.
La delicada presión que hizo la punta de su enrojecido glande en la comisura de mi boca me hizo despabilarme y la mezcla del agua salada y el aroma a coco del bronceador provoco en mi una lujuria desconocida en mi hasta ese momento.
Sin mirarle el rostro tome con mi mano delicadamente el falo del chico,.¡vaya que si era grande!..pues no podía cerrar mi mano completamente alrededor de su tallo. La brisa marina acariciaba suavemente mi culo que permanecía en parte fuera de la tienda, incitándome a probar lo que espléndidamente se me ofrecía, masturbe lenta y delicadamente aquel joven falo, como deseando que nunca se terminara ese momento. Mientras, Hans me contemplaba con su rostro ansioso, y sus rubios cabellos cubriéndole parcialmente el rostro que evidenciaba su excitación.
Acelere los movimientos de mi mano sobre la gran polla de Hans, al mismo tiempo que mi entrepierna evidenciaba ya una humedad que comenzaba a enloquecerme, el deseo nublo por completo mi razonamiento justo cuando abrí generosamente mis labios para aprisionar todo aquel enorme cilindro palpitante y recorrerlo de la punta hasta la base, al mismo tiempo y sin importarme que mi culo permaneciera al aire deslice mi mano libre para buscarme la concha y así calmar mi ardor.
_Eres una excelente mamadora de pollas!_ gimió entusiasmado Hans, que al mismo tiempo aprisionaba mis cabellos con sus grandes manazas acompañando el bombeo que con mi ávida boca le daba a su empalmado miembro.
Mi saliva se mezclaba con la sal de mar, dándole un sabor especial a esta felacion, mientras Hans, sin sacar su polla de mi boca se fue acomodando hábilmente bajo de mi, volteándose para intentar alcanzar mi ardiente conejito, consiguiendo colocarse en posición de 69.
La lengua de Hans se apodero de mi vulva y comenzó a paladear mis jugos, mientras yo trastornada por el placer, mamaba furiosamente su gigantesca herramienta, a los pocos segundos solté su falo solo para emitir un sonoro gemido de placer al sentir correrme justo en su cara, de inmediato y aun con la sensación del orgasmo comiéndome las entrañas, volví golosamente a engullir su polla con vehemencia hasta sentir como se tensaban sus músculos, indicio de una inminente corrida, solté de nuevo su verga para masturbarlo y acabarlo, pero su eyaculacion fue tan potente que solo logre que me llenara el rostro con su viscosa y caliente descarga, para beneplácito de Hans.
Poco a poco nos restablecimos y le suplique que era hora de regresar con mi marido, Hans no se opuso y emprendió el camino de regreso junto conmigo, durante el trayecto de regreso permanecimos dirigiéndonos miradas de complicidad por lo que había sucedido, pero sin emitir palabra alguna..
Cuando llegamos, Alan se encontraba esperándonos. _:Hola!..como se la han pasado??..te divertiste amor??_ me pregunto Alan de forma diría yo, picara, como si en su interior se imaginara algo de lo que sucedió _Eh!..si amor...fue fantástico.._ conteste algo extrañada, pero decidiendo no prestarle atención.
Hans de inmediato aligero las cosas invitándonos a un pequeño club que se encontraba a un par de kilómetros de la carretera _Hay que celebrar por mis dos nuevos amigos!!..que dicen?_Inquirió Hans a quien nunca se le agotaba el entusiasmo, Alan me miro y asintió con la cabeza, yo me alegre por ambos y nos dirigimos a cambiarnos de ropas a nuestro Bungalow, mientras que Hans haría lo propio y acordamos de vernos en unos pocos minutos a las afueras del hotel.
Así sucedió y a los pocos minutos Alan, Hans y yo nos dirigíamos a pasar un buen momento, Hans indico el lugar y efectivamente al entrar a el era una pequeña disco junto al mar que tenia un aspecto intimo y agradable.
Nos sentamos los tres en una mesita y ordenamos bebidas, brindamos alegremente por el hecho de habernos conocido y estuvimos un rato charlando de cosas triviales. Después de par de rondas mas yo me sentía ya muy desinhibida y me dieron ganas de bailar, tome a mi marido y sin preguntarle lo conduje a la pista, que tocaba una suave música.
_Que opinas de Hans amor?_ me pregunto Alan sin miramientos, esto me perturbo un poco al no saber a donde quería llegar. _Me parece un hombre muy atractivo_ conteste entrando a su juego, ambos volteamos a la mesa y ahí estaba Hans mirándonos atentamente, cosa que aprovecho Alan para hacer los movimientos de baile mas sugestivos, bajando sus manos hasta acariciar mis nalgas y subirlas recorriendo mi cuerpo. _El tipo se esta poniendo como moto cariño_ me dijo mi esposo al oído, esa situación me estaba excitando en demasía y precisamente por eso cuestione directamente a Alan. _Amor!.. debería de invitar a bailar a Hans un poco no crees?_ le dije socarronamente a lo que el esbozo una sonrisa perversa, y asentó con la cabeza y me llevo de nuevo a la mesa.
Pedí a mi amigo salir a bailar y acepto encantado, Hans me rodeo la cintura con sus musculosos brazos y pego su cuerpo al mío haciéndome sentir su virilidad en cada movimiento, Alan observaba todo tranquilamente, y mientras bailábamos note que pedía la cuenta, me imagine que era tiempo de retirarnos de tal forma que después de unos minutos de estar toqueteándonos en la pista le pedí a nuestro rubio amigo que saliéramos de ahí a seguir la fiesta en otro lado.
Hans no replico en lo absoluto, y salimos del lugar donde ya nos esperaba Alan con el motor del auto encendido, mi marido manejo justo hasta la entrada de nuestro bungalow y de inmediato Alan le propuso a Hans a tomar una ultima copa, entramos y saque una botella de tequila que guardaba y los tres seguimos bebiendo unos minutos mas, Alan propuso que Hans pasara la noche en la estancia pues era ya muy tarde y había estado bebiendo, Hans agradeció el gesto y acomodo sus cosas en un sofá que estaba en el recibidor.
Le di un beso en la mejilla a nuestro invitado y tome la mano de mi marido al mismo tiempo que le di las buenas noches a nuestro rubio amigo, Alan me siguió un poco extrañado de que actuara con tanto nerviosismo. Alan se desnudo para entrar en la cama y yo hacia lo mismo cuando me dijo de súbito _Pienso que este tipo te ha dejado algo caliente amor!_
Fue que comprendí que era el momento para exponérselo a mi marido _Que opinas de que Hans pudiera ser nuestro trío?_ le pregunte mirándolo fijamente a los ojos, Alan permaneció un momento estático y pensativo, pasaron unos segundos que parecieron horas en donde escuchaba los latidos de mi corazón retumbando por toda la habitación._Al fin de cuentas a eso vinimos acá_ remate con voz apenas audible por la excitación.
_Esta bien si así lo deseas.. Evelyn_ me contesto para enseguida agregar _Ve por el y tráelo acá_ me dejo pasmada su petición, que sin duda me excito, le dije que me daba algo de pena, pero me hizo comprender que era ahora o nunca y que de cualquier manera era mi fantasía y debía decidir realizarla o no.
Me arme de valor y salí del cuarto a buscarle en la estancia, estaba oscuro pero aun así pude darme cuenta con asombro que permanecía despierto, recostado sobre el sofá pero desnudo y con su impresionante erección al máximo, me imagino que se estaba tocando o acordando de lo que habíamos hecho. No dije palabras, el se incorporo y lo tome de su durísimo falo y lo conduje a la habitación donde mi marido nos esperaba.
Los tres nos encontrábamos de repente en la misma habitación, desnudos y ansiosos, yo me dirigí a sentarme al borde de la cama y acto seguido Alan y Hans se acercaron a mi con sus viriles miembros hasta ponerlos justo frente a mi rostro, era algo que había deseado desde hace tiempo, tener dos grandes pollas solo para mi, las tome a ambas y comencé a masturbarlos al mismo tiempo, lentamente intentando sentir cada vena y rugosidad en mis manos.
No pude resistir la tentación de probarlas, y me lleve alternadamente a la boca la herramienta de Hans y la de mi marido, chupando y lamiendo sus glandes como deliciosos caramelos, aprisionando con mis húmedos labios aquellos durísimos cilindros tratando de engullir cada centímetro de las durísimas vergas que se me ofrecían. Alan me contemplaba satisfecho, como si en el fondo el sintiera la misma satisfacción que yo al verme comerme otro falo frente a el.
Alan suavemente se recostó en la cama, a lo cual yo cambie de posición para que me permitiera ponerme sobre el y bajar mi rostro para seguirle chupando esa polla que me encantaba, al hacer esto me coloque en cuatro y levantando el culo para permitir que mi amigo se colocara detrás mío y comenzara a comerme el conejito.
Descargas eléctricas me recorrieron el vientre cuando sentí la experta lengua de Hans recorrer mis paredes vaginales y rematar ansiosamente en mi hinchado clítoris, todo aquello solo conseguía que me aferrara mas vorazmente a la durísima verga de mi marido la cual mamaba con vehemencia, apenas podía chuparla pues los gemidos se me escapaban de la garganta, de pronto Hans seso su sesión oral solo para colocarse detrás mío apoyando fuertemente su verga a la entrada de mi chorreante vulva, lancé un suspiro hondo cuando sentí como mi invitado me clavaba su herramienta hasta el fondo pues mis jugos habían lubricado ya la entrada de mi vagina.
Ahora Hans empezó a follarme desde atrás, mientras yo le comía la durísima polla a mi esposo que permanecía recostado y con sus manos tomaba mis cabellos para acompañar el bombeo que le daba al mamarsela. Sentía perfectamente como cada embestida que Hans me daba con su gruesa verga hacia que un calor intenso me invadiera el cuerpo, haciendo erizar mis pezones y gemir como hembra en celo, al mismo tiempo no dejaba de mamar el falo de mi marido que parecía nunca perdería su dureza, pero tuve que separarla de mi boca pues, la bombeadas de Hans provocaron en mi un abrasador orgasmo que me invadió las entrañas haciéndome emitir un largo y sonoro gemido que me hizo retorcerme del placer.
Apenas tuve tiempo de tomar un leve respiro pues Alan ya se había recostado boca arriba y Hans permanecía de pie masturbándose y aun con su erección a tope, Alan me atrajo y me recosté sobre el, apenas lo había hecho y mi vagina aun con la sensación del anterior orgasmo, se abrió dócil para que su grandísimo miembro volviera a penetrarme fácilmente, comencé a cabalgar a mi marido, que me tomaba de las nalgas para acompañar el ritmo con el que mi cadera subía y bajaba.
_Amor acuérdate que me prometiste tu colita_ me dijo mi marido con voz cálida, a lo que le asentí con la cabeza aceptando pues como recuerdan era una de las condiciones que le prometí a mi esposo cuando me permitiera meter a otro hombre a nuestra cama, mas tarde en decir que si, que el sentir a Hans detrás mío acariciando mi espalda y metiendo sus dedos entre mis nalgas tratando de embarrar algo resbalosos entre ellas y en mi ano. _te esta lubricando pequeña_ fue el comentario que recibí de mi marido que parecía no extrañarle lo que Hans hacia. Nuestro invitado metió suavemente uno de sus dedos en mi ano moviéndolo en forma circular cubriendo perfectamente mi hoyito de lubricante.
_Ahhh...da cosquillas_ exclame al sentir el jugueteo de Hans en mi culo, pues además de eso no había cesado en cabalgar sobre la herramienta de mi esposo. _Ya estas dilatada tía_ me dijo Hans al oído y de inmediato coloco la punta de su enorme falo en la entrada de mi delicado agujero.
_E..espera!!...Alan pe..pensé que tu..._ proteste angustiada pues la polla de Hans era mas gruesa y grande que la de mi marido y me daba temor que me lastimara _Es que esta..enorme ..me va a doler!!_ gemí suplicante al sentir como la punta de el gordo glande se abría paso abriendo mi ano.
_Aguanta putita...que esta entrando suave_ vocifero Hans que firmemente continuaba con su arremetida, yo apreté los labios tratando de aguantar pues sentía que esa dura y caliente verga me perforaba las entrañas. _ohhh!!!..es muy gr..gruesa!!...para por favor!_ lloriqueaba al sentir que la cabeza entera de esa polla se había apoderado de mi esfínter, mi marido permanecía estático para permitir facilidad de movimiento a Hans pero aun así no sacaba su falo de mi vagina.
_ahhh!!!!...que grande esss!!!....no la aguantooo!!_ gemía desesperada intentando separarme, pero Alan me sujeto fuerte contra el para evitarlo, y al hacer eso me inclino mas aun para permitirle a Hans, clavarla de un solo golpe hasta la base.
_uuuhhhhggg!!!...me parteeeess!!..._ grite casi llorando al sentir aquella gigantesca verga desflorar por completo mi virgen culito, sentía mis intestinos llenos por el grueso miembro de Hans que no hacia intentos de moverse, pero permanecía ahí con su miembro clavado en mi. Alan aun con la verga dentro de mi vagina comenzó a mover sus caderas para seguir penetrándome.
Hans comenzó a hacer lo mismo lentamente, provocándome unos leves quejidos, yo seguía apretando los dientes y respirando agitadamente, tratando de aguantar, el placer que me daban las acometidas de la verga de mi marido en mi vagina me apaciguaban un poco el dolor, y de pronto sin notarlo, yo ya acompañaba los movimientos de mi marido con mi cadera.
Hans apoyo sus manos en mis nalgas y comenzó a sacar y meter mas rápidamente su instrumento de mi culo, tratando de seguir el ritmo de Alan, yo permanecía encima de Alan recostada sobre el, y siendo llenada por ambos al mismo tiempo, yo gemía fuertemente y un sudor perlaba mi frente, apretaba con mis manos las sabanas de la cama y eventualmente mordía mis labios o el hombro de mi marido tratando de aguantar, pero eventualmente y sin darme cuenta una sensación desconocida para mi hasta entonces me comenzó a invadir, ahora era yo la que movía fuertemente las caderas y las nalgas buscando las pollas que me penetraban,
_te sientes bien amor??..quieres que paremos?_
me pregunto mi esposo al ver un extraño rictus en mi rostro.
_N..o, No paren.. m..me gustaaaa!!!_ gemí al mismo tiempo que sentía arder mi culo y vagina, descargas de electricidad me recorrieron la espina dorsal al mismo tiempo que apoye fuertemente mis brazos sobre la cama para levantar bien el culo y moverme al mismo ritmo que mis dos hombres .
_Mira que a esta zorrita le ha gustado que la enculen!_ exclamo entusiasmado Hans lo que provoco que empujara con mas fuerza y velocidad su gorda polla en mi ya abiertísimo ano.
_sii!!..cojanme !!..pártanme en dos hijos de puta!!!.._ grite aloquecida y fuera de si, por el descomunal orgasmo que hizo explosión dentro de mi, con ojos desorbitados y gimiendo, seguía exigiendo que me follaran duro, tal como lo merecía, motivo por lo cual ambos falos se habían convertido en unos candentes pistones que penetraban mis entrañas y salían y entraban de mis cavidades a gran velocidad.
_ahhh!!!..me corroooo ..otra vezzz...._ volví a gritar extasiada al sentir un nuevo orgasmo mas intenso que el anterior, que me hizo casi perder el conocimiento. Alan tenso el cuerpo y se corrió inmediatamente después, derramando toda su leche dentro de mi, por otra parte Hans salió de mi ano para llevar su polla a mi cara y hacer que se corriera.
Me recosté para chupar y masturbar su falo, mientras Alan observaba lo que sucedía y acariciaba mi vagina y ano adoloridos por la acción. Hans se acerco mas a mi y permití que pusiera su viril miembro entre mis tetas, las que use para rodearlo y masturbarlo, con mis manos presionaba mis senos y los hacia subir y bajar recorriendo esa espléndida herramienta que tanto placer y dolor me había causado, Hans tensiono sus músculos y de inmediato descargo su eyaculacion sobre mis pechos y mi rostro cubierto de sudor.
Ambos hombres se retiraron a asearse, dejándome tirada sobre la cama, completamente exhausta, al poco tiempo, desnuda y así como estaba me quede dormida,.
Al día siguiente desperté muy adolorida de mi culito, y con dificultad me enderece, Hans ya se había bañado y arreglado y discutía con Alan lo que sucedió la noche anterior.
_vaya que si eres flojita tía_ me saludo Hans que se acerco a ayudarme a sentarme
_eres una maquina Hans, no se me va a olvidar lo que me hiciste_ le dije sonriendo, para después carcajearnos los tres un buen rato, desayunamos y después nos ofrecimos a darle un aventón a el aeropuerto pues partiría ese mismo día a España.
_Espero verlos pronto, cuando regrese a México los llamare_ dijo Hans al despedirse de nosotros
dos días después Alan y yo regresamos a casa, recordando y rememorando aquello que fue un encuentro tan especial y que por situación del destino se nos había presentado...desde luego esperando repetirlo algún día.
Espero lo hayan disfrutado.
Espero seguir escribiendo pronto....
Besos
Evelyn

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